Cimarrón Wines Co, la bodega mendocina de Lucca Stradella, miembro de la cuarta generación de la familia bodeguera, es uno de los pocos emprendimientos locales fundados y liderados por un ingeniero agrónomo. En el día que celebra la labor de quienes se encargan de dirigir los trabajos agronómicos en la finca, Lucca analiza esta profesión que lo enorgullece y que es fundamental para mejorar los procesos de producción y la calidad de los vinos aplicando ciencia y tecnología.
En el polifacético mundo del vino hay muchas variables que entran en juego cuando se trata de productos premium. Mucho se habla del terroir, de la uva y del trabajo de los enólogos. Pero lo cierto es que el rol del ingeniero agrónomo resulta fundamental ya que con él comienza el vino, y lo que refiere al inicio de su elaboración: es quien dirige los trabajos agronómicos dentro de la finca y el responsable de tomar las decisiones pertinentes para el correcto desarrollo de las plantas y sus frutos.
El Día del Ingeniero Agrónomo, que se celebra el próximo 6 de agosto, resulta una ocasión perfecta para poner de relieve esta labor que juega un papel crucial a la hora de mejorar los procesos de producción y la calidad de los vinos, aplicando ciencia y tecnología. Según revela Lucca Stradella, el joven ingeniero agrónomo que comanda la bodega mendocina Cimarrón Wines Co -miembro de la cuarta generación de la familia Bianchi-, lo más satisfactorio de su profesión es la conexión permanente con la tierra.
“Desde chico tuve la curiosidad de comenzar a investigar de dónde venía el vino, ya que podía percibirlo como elemento de unión y de charla en familia. Siempre me cautivó el mundo del vino, me sentí cómodo desde mis inicios entre los viñedos y las bodegas. Hoy, estoy muy orgulloso de haber elegido una profesión súper noble, que nace de trabajar con nuestro suelo ya que entiendo que el desarrollo de todo buen vino comienza en la finca, con la dedicación del ingeniero agrónomo”.