Fernando Losilla, hace más de seis años que trabaja en Las Perdices. Es parte del equipo que lidera Juan Carlos Muñoz y junto a Mauricio Lázaro, también enólogo, desarrolla en el día a día la labor técnica.
La botella Magnum
Sin lugar a dudas la botella magnum ha crecido y entendemos que técnicamente se comporta muy bien porque nos permite añejar vinos, inclusive en mejores condiciones, que en una botella de 750 y mucho mejor que en calibres menores. Esta realidad cumple varios objetivos: la gente lo acepta, técnicamente se comporta perfectamente bien y ayuda a bajar los costos. Estamos muy contentos con este nuevo desarrollo porque está siendo por demás aceptado.
De alguna manera los consumidores asociaban las botellas grandes, desde las de 1.250 hasta la damajuana de casi cinco litros, a un producto barato. Eso se ha ido revirtiendo. Cuando la bodega desarrolla un estilo y es conocida por determinada calidad de vino, independientemente del formato, la gente entiende que estás colocando otro tipo de vino en distinto calibre. Por lo tanto no ha sido necesario explicar demasiado que no se trata de un vino de entrada de gama, por la calidad y trayectoria de bodega de Las Perdices.
En todos los segmentos
Nosotros abarcamos todos los segmentos: desde la línea de entrada, que son vinos de calidad, pero de precio menor, hasta los vinos tope de gama como “Don Juan”. Entendemos que el consumidor al producto caro lo tiene más bien para guardar en su cava e ir probando, y deja los de entrada para el consumo diario o semanal
El consumo en un año histórico
El vino ha sido redescubierto en este contexto porque hay más tiempo de disfrute de la bebida, de la que hay buenos productos a precios accesibles. Ahí le das al consumidor el poder abrir una botella de vino y no salirse del presupuesto. También tiene mucho que ver con la costumbre, con pocas contraindicaciones porque no deja de ser una bebida saludable. Esto va a marcar un antes y un después, por lo tanto supongo que puede haber un aumento o un mantenimiento y no que sufra caídas como fue hasta el año pasado, que tuvo un descenso en el consumo per cápita.