Lelia Di Paolo y la emoción que genera elaborar el primer vino con uvas de Malargüe

Emoción y satisfacción son las palabras con la que, Lelia Di Paolo, describe este proyecto que comenzó en homenaje a su papá. La historia se inició desde que él vio en ese terreno de Malargüe la posibilidad de tener sus propias \”hileritas de viña\” con la cordillera de fondo.

Como pusimos en la etiqueta, mi padre fue una persona hacedora de sueños, que concretaba todo lo que se proponía, y aseguraba que había que vivir la realidad y hacer las cosas bien y de forma sencilla, cuenta Lelia.

Proyecto

Un amigo de Juan (Montanari) mi esposo, nos trajo unas cepas, las plantamos y la viña fue creciendo, pero nunca nos imaginamos llegar a tener tantas hileras. Pasaba el tiempo y cada vez teníamos más fruto, y como acá en Malargüe nadie vinificaba, comíamos las uvas.

Un día Carlos Lalik (enólogo conocido de la familia) se ofreció generosamente a elaborar vino de nuestros viñedos.  A él le parecía toda una experiencia hacer vinos con uvas Malargüe y resolver esa enorme incógnita.

Nos hemos llevado una sorpresa porque nunca fue nuestra intención que se hiciera tan masivo, y nos preguntábamos porque nadie lo había realizado antes. “Yo creo que había una especie de idea arraigada en el pueblo, que impedía que se dieran cuenta de que se podía tener viñedo”.

Me gustaría aclarar que cuando llegué a Malargüe noté que estaba muy relegado respecto a la provincia, y esto demuestra que también pertenece a Mendoza, y fomentar la vitivinicultura en este departamento nos ha hecho sentir más mendocinos. Esto es muy importante a nivel sentimientos, es un proyecto mucho más emocional que material, y el impacto social ha sido positivo, hay que cuidarlo mucho y no generar falsas expectativas.

Lelia Di Paolo y Juan Montanari

Más allá de habernos encontrado frente a una experiencia complicada fue gratificante, hemos recibido muchas muestras de cariño por parte de la población. “Hay que animarse, obviamente acompañado de los especialistas y de la gente que sabe de este rubro”, “La pelota se puso en juego y ahora hay que ver para donde va”.

Primera vinificación

La primera vinificación fue en el 2021 y fue todo un desafío. Primero mandamos una muestra que nos pidió el enólogo, quién nos aconsejó que esperáramos unos días más para que la uva tuviese más grados.  Afortunadamente hubieron días de mucho sol y en dos semanas llegó a su punto óptimo de madurez.

Mandamos 300 kilos y en octubre el enólogo nos avisó que habían salido 110 litros aproximadamente. De los cuales el 50% era Malbec y el otro 50% Bonarda, dato que nos enteramos luego de la inspección del INV (instituto nacional de vitivinicultura).

“Para nosotros es todo nuevo, es un aprendizaje, y nuestro mayor objetivo es que el pueblo de Malargüe se anime a hacerlo” aseguró Lelia.

Clima

Debido a que el clima es muy frío y hay muchas heladas, tenemos hojas recién en noviembre, entonces la cosecha se retrasa un mes con respecto a los otros departamentos. Si bien nosotros comenzamos todo esto como un “hobby”, vamos a seguir evaluando e insistiendo. “Malargüe es un departamento que te enseña mucho a perseverar, las cosas cuestan un poco más que en el resto de la Provincia, el clima y la distancia son dos factores que más influyen”.

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