Nada es por casualidad, cuando llegás a bodega Norton te vas introduciendo en el mundo del vino sin darte cuenta. Pero todo eso que parece invisible, lleva mucho de trabajo, de ponerle el corazón y una cuota de sensibilidad que solo Belén García Frites y Patricia Suárez Roggerone, a cargo de Turismo y del Restó La Vid, respectivamente, logran en perfecta armonía. Estas dos mujeres son las anfitrionas de la casa, y para mí logran que se vaya respirando de manera inadvertida la mística de Norton, una bodega con una tradición de 120 años.
Por Jorge Cabrera – Foto agradecimiento: mendozachic.com
Belén cómo está diseñada la estadía en la bodega?
\”Tenemos una visita regular: Nuestra Experiencia Malbec, donde te recibimos con una copa de espumante, hacemos una charla de viñedo, lo conocemos, conversamos bastante sobre el proceso de elaboración, recorremos la bodega y finalizamos con la degustación.
También hay alternativas que poco a poco van creciendo. Entre ellas está la Experiencia Espumante, donde probamos tres espumantes de nuestra línea Cosecha Especial, y la idea es combinarla con platos de nuestro restaurante La Vid. Por otro lado, aprendemos a diferenciar entre un método champenoise y uno charmat. Esa propuesta ha resultado muy atractiva para el público\”.
\”En la Experiencia Alta Gama combinamos en cada paso, vino y gastronomía. Primero con espumantes, luego hacemos un paseo por la casa antigua donde residió la familia Norton y que es del 1900. En el comedor les ofrecemos dos vinos tintos con una tabla de quesos y finalmente la degustación de nuestro vino ícono en el restaurante acompañada de un plato principal y un postre\”.
El perfil del turista de hoy
\”Yo creo que el turista ya llega con información acerca del vino, algo que no sucedía antes y le gusta ser partícipe de la experiencia. Tenemos la actividad Enólogo por un día para hacer el vino propio y el programa familiar Enólogo Junior, donde los padres hacen el blend y los niños la etiqueta\”.
El restaurante es el punto final o no de la experiencia enoturística porque es un lugar donde se combina el disfrute asociando los sabores de Mendoza. Y acá encontramos a Patricia Suárez Roggerone que en su cocina ya va dibujando cada plato, como si estuviese en su taller de calle Besares, para que más allá del sabor, cada paso tenga la estética perfecta.
Patricia Suárez Roggerone
Cuál es el secreto para cocinarle a los vinos de David?
\”Siempre la idea es adaptar lo que cocino a lo que hace el enólogo. El vino siempre debe ser lo más importante. La propuesta de David (Bonomi) es súper interesante y eso me motiva muchísimo. Todo es un desafío permanente. Me gustan todos los vinos de alta gama entonces quien viene creo que se lleva una muy buena propuesta enológica que yo debo acompañar\”.
Cómo se logra?
\”Trato de equiparar el nivel preparando platos acorde a lo que propone la bodega y para eso debo superarme permanentemente. Jugar con los sabores es parte de lo que hago, mezclar acidez, dulzor, texturas, apuesto a que todos los pasos sean totalmente diferentes, que exista una secuencia y que cuenten una historia, pero al mismo tiempo darle a cada uno su personalidad. Por ejemplo, nuestra nueva línea Altura es muy diferente entonces eso debo interpretarlo y ponerlo en cada plato\”.
Pintura y gastronomía
Con la pintura vengo muy bien. Estuve haciendo un curso muy copado y el año que viene quiero unir lo artístico aún más con la gastronomía, así que sigo en mi taller trabajando en una nueva línea. Quiero ver cómo encaro lo que se viene para hacer performances entre la cocina y el arte.