Hace muchos años en Angastaco, en Finca \”El Carmen\”, un grupo de trabajadores estaban cavando una acequia, cuando de una de las palas surgió un ruido extraño, inmediatamente se dio la orden de \”cesen\” su labor y descansen. Atraído por la curiosidad del ruido el patrón regresó al lugar por la noche y encontró un \”tapao\” esto es varios sacos de oro. Esta es la historia que da origen al nombre de los vinos que Ramiro Zamora elabora en su bodega del Valle Calchaquí.
Hasta acá todo bien, pero cuando lo fuimos a visitar a la bodega y Ramiro nos comenzó a mostrar el lugar, que sinceramente es una bendición de la naturaleza, nos contó que allá por diciembre del 2011 un fuerte ruido alertó a la gente de la finca, y en pocos segundos vieron como un alud de barro y piedras, que alcanzó los cuatro metros de altura y se extendió más de un kilómetro de ancho, comenzaba a destruir todo: sus casas, la red eléctrica, maquinarias, los tanques de agua que servían para potabilizar… todo quedó enterrado en un atardecer con miedo pero también con mucho alivio ya que nadie había resultado herido. Al enterarse de lo sucedido, Ramiro regresa a la finca, y lo primero que hace es reorganizar junto con la gente del pueblo a quienes necesitaban ayuda y luego como sin dejarse sorprender por lo que había visto, se pone a reconstruir todo… Sin dudas esta historia de empuje y de pasión es una lección de vida que tuvo mucha más fuerza que la mismísima avalancha. Por eso, para nosotros, esta es la verdadera historia de Finca \”El Carmen\” donde además tuvimos la suerte de conocer a su protagonista.
En esta video nota, Ramiro Zamora y su hija Macarena te cuentan lo que significa hacer vinos juntos y en familia.
by Jorge Cabrera