En el corazón del Valle de Zonda, a más de 1.470 metros de altura, Bodega Xumek impulsa un proyecto que busca cambiar la historia del vino sanjuanino. Con visión innovadora, respeto por la naturaleza y asesoramiento internacional, la finca La Ciénaga de Zonda se ha convertido en un laboratorio de alta gama donde se combinan tradición, riesgo y creatividad.
“Estamos en un valle totalmente virgen, regando con un agua que podríamos embotellar como mineral. Esa pureza, sumada a la altura y a la orientación de las parcelas, nos permite elaborar vinos diferentes, con un carácter inédito en la provincia”, explica Daniel Ekkert, director enológico de Xumek, quien lleva más de 40 años trabajando por la identidad vitivinícola de San Juan.

Viñedos extremos y varietales singulares
El desafío comenzó con 50 hectáreas plantadas entre los 1.470 y 1.530 msnm, donde se decidió apostar no solo por tintas tradicionales como Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Pinot Noir, sino también por blancas de alta gama, como Sauvignon Blanc, Chardonnay y Gewürztraminer.
El asesoramiento de figuras internacionales como Michel Rolland y Roberto Cipresso fue clave para animarse a plantar en estas condiciones extremas. “Lo que estamos haciendo en viñedo no existe en ningún libro: estamos innovando en riego, en el manejo de suelos y en vinificación. Y los resultados ya sorprenden”, asegura Ekkert.
Tres valles, tres estilos de Malbec

Durante la última edición de EVISAN, una cata comparativa puso en evidencia la diversidad de San Juan. Allí se degustaron Malbecs de Pedernal, Calingasta y La Ciénaga de Zonda, mostrando perfiles muy distintos:
- Pedernal: vinos potentes, de gran estructura y enorme capacidad de guarda.
- Calingasta – Barreal: intensidad media pero con una identidad varietal pura y expresiva.
- La Ciénaga de Sonda (Xumek): un equilibrio entre ambos, con textura sedosa, alta concentración de polifenoles y una frescura que permite disfrutarlos jóvenes sin perder proyección de guarda.
“Son vinos que enamoran por su rusticidad y potencia, pero también por su singularidad. No estamos copiando a nadie, estamos creando algo diferente”, subraya el enólogo.
Más allá del vino: arte, naturaleza y gastronomía
Xumek no solo busca posicionar al vino sanjuanino en la alta gama, sino también ofrecer una experiencia enoturística integral. La bodega está rodeada de obras de arte de reconocidos artistas argentinos, un entorno natural protegido y una reserva privada donde se cuidan y reinsertan especies autóctonas como ñandúes y guanacos.
Además, la propuesta ya incorpora la gastronomía como parte de la experiencia, con degustaciones privadas y un restaurante en desarrollo. “Queremos que la gente venga a disfrutar de todo: vino, paisaje, arte, naturaleza y gastronomía”, destaca Ekkert.
El desafío: reposicionar a San Juan en el mapa mundial
Con una capacidad de elaboración de más de 120.000 litros anuales, Xumek se propone ser un embajador de los vinos sanjuaninos de alta gama. “San Juan tiene una mochila pesada, asociada a la uva para pasa, al mosto y al vino a granel. Pero hoy estamos demostrando que podemos competir en la alta gama. Para eso necesitamos trabajar en conjunto: bodegas, universidades y gobierno. El futuro del vino sanjuanino depende de que podamos mostrar este potencial al mundo”, concluye Daniel Ekkert.
