\”Pepe\” Reginato es sin dudas uno de los referentes de las burbujas argentinas. Con 25 años en la elaboración de espumosos, nos contó algunos de los mitos que ya se derrumbaron y que dejaron de distanciar al consumidor de los espumantes.
No es un bien de lujo
\”Es por la tecnología, antes no cualquier bodega podía hacer muy buenos vinos blancos, hoy sí. Desapareció el bronce y el hierro, hoy es todo acero inoxidable, esto solucionó muchos problemas que teníamos en la elaboración junto con las prensas neumáticas… hoy es más simple hacer un vino base. Por ahí la parte del mito del espumante es saber elegir la uva y en que momento cosecharla\”.
El consumo femenino
\”Es verdad, hoy es más común ver a las mujeres consumirlo, las opciones dulces, rosadas y etiquetas no tan agresivas favorcen a este grupo de consumidores. A esto le tenemos que sumar que las mujeres también lo asocian a un festejo y es ahí donde también se las ve disfrutándolo\”.
La noche y el espumante
\”Nadie toma espumante cuando está triste, o te tomás un whisky o te tomás una ginebra pero nunca un espumante. Yo siempre digo que un bautismo es medio apagado, pero si llevas una botella de espumante y más si es de 3 litros, se transforma en la verdadera fiesta que es. Porque todos quieren tomar. El espumante está muy ligado a los festejos: en las carreras de autos, casamientos, cumpleaños, en el fin de año o cuando te recibís… Yo creo que estaría más asociado al festejo que a la noche\”.
El mito del maridaje
\”Primero, el mejor maridaje para mí es el chivo, con sal, pimienta y limón, nada más. En cuanto a los postres el problema son las cremas dulces, no podés comerlas con espumante. El espumante se lleva muy bien con un pedazo de ananá fresco o frutillas en su estado natural\”.
Identidad propia
\”Vendo espumosos y vinos, y a mi me relacionan sólo con el primero. Tengo un grupo de amigos que no juntamos todos los jueves, somos 10. Cada uno lleva una botella de vino, hace 10 años eran 10 botellas de vino, hoy son 6 de vino y 4 de espumantes\”.
Tim Atkin y los espumantes argentinos
\”Tim Atkin, le puso 93 pts. a un espumante mío, método champenoise de 8 años, que de este tipo hay muy pocos en el mercado argentino. Hay que tratar de explicarle a la gente que nosotros no hacemos champagne. Entonces no se lo puede comparar con los productos argentinos es como pretender que una trucha y un pedazo de surubí sean lo mismo y no tiene nada que ver una cosa de otra.
\”En Francia hacen champagne porque no pueden hacer otra cosa, necesitan elevar el grado de alcohol de algo que tiene 9 grados cuando lo cosechan. Es un producto que tiene una acidez casi como un jugo de limón. El 90% de los espumantes franceses que he tomado, tienen entre 11 y 14 gr de azúcar, para enmascarar la acidez, porque sino no se puede tomar\”.
\”Es fácil comprobarlo… fíjense en cualquier espumante francés que hay por ahí cuánto tiene de azúcar. Entonces si vamos a comparar el champagne, con un espumoso argentino no tienen nada que ver. Nosotros tenemos que cosechar las uvas medias verdes, para poder hacer un espumante con buena acidez\”.
\”Yo estoy tratando de darle mucha importancia a la identidad que tienen nuestras uvas y las cosecho cuando tienen 12 grados de alcohol, para darle la tipcidad de un chardonnay mendocino y en el mercado externo nos está yendo muy bien, comunicándolo como “sparkling wine of malbec” o “Sparkling wine of chardonnay”.