Hace nueve años empezó a trabajar de lleno en el área de turismo de la bodega; los primeros seguramente fueron de formación y en esto, mucho tuvo que ver una de las pioneras en el desarrollo del enoturismo de Argentina, su mamá, Ana Amitrano, tal vez la persona con mayor conocimiento y experticia en desarrollar e implementar programas turísticos para sorprender al visitante. Hace un tiempo que este legado le fue entregado a Julia, quien hoy comanda tres restaurantes, dos de bodegas con perfiles distintos y el tercero Pan y Oliva, que es la única propuesta que existe para conocer al aceite de oliva con una lupa en la mano.
By Jorge Cabrera
Los proyectos
“En los últimos cinco años he tomado autonomía y el área de Turismo de Bodega Zuccardi y de Santa Julia llevan mi impronta 100%. Pan&Oliva y Piedra Infinita nacieron conmigo, pero todo ha sido un camino y un aprendizaje”.
Mamá Ana
“Mi mamá disfruta mucho de su trabajo y le gusta mucho la gastronomía y más allá de que no tiene que ver con lo que hace todos los días, sí ha viajado y ha probado comidas de muchas partes. Me transmitió la pasión por la gastronomía, por el vino, también es un símbolo de fortaleza, de trabajo y es la figura femenina de la familia. Yo sigo aprendiendo de ella, es un modelo a seguir y es mi mentora. Más allá de los desafíos que tiene no hay nada más lindo que compartir el trabajo con la familia, para mí es un privilegio. Hoy me siento más segura para no preguntar todo, yo sé que hago las cosas como ella lo hubiera hecho aunque con mi propia impronta. Para ella creo que es un orgullo y una alegría mi desarrollo”.
Almorzando con Julia
“Entre Bodega Santa Julia y Pan y Oliva en el 2017 tuvimos unas 22.000 personas comiendo además de las visitas. Y en Piedra Infinita fueron unas 8.000 personas almorzando”.
Matías Aldasoro al comando de las 3 cocinas
“Nos dimos cuenta de que teníamos que enfocarnos en el concepto familiar, en lo regional de los productos, por eso cada día buscamos trabajar mucho cerca de los productores locales y tratamos de no buscar productos que no sean de estación. Un ejemplo son los quesos de cabra, que son de Rodeo de la Cruz. Se trata de un matrimonio que tiene una finca muy chica con 50 cabras, donde además viven. Hicimos el contacto y hasta desarrollaron diferentes variedades e intensidades. Creo que hemos logrado un muy buen producto en conjunto y así trabajamos con otros productores. También tenemos nuestras huertas orgánicas en Pan&Oliva. Para nosotros es muy importante el producto y en Mendoza es increíble lo que hay. Antes no estaba tan cuidado pero hoy en día hay otra conciencia que además de cuidarlo, se lo valora”.
“El menú que ofrecemos en general tiene que ver con un producto de estación o mejor dicho, con la estacionalidad del producto. La idea es trasladar el concepto family style a todos los días para que quien nos visite en cualquiera de los tres restaurantes se sienta como en su casa, descontracturado… Nuestra idea es que se pueda disfrutar de cada estilo de vino y cada comida de manera relajada, haciendo sentir a cada persona que está en espacio amigable”.