Andrea y Ariel Meyer, \”Lo importante de nuestro proyecto en Jujuy es que queremos hacer vinos de alta calidad\”.

La provincia de Jujuy fue uno de los destinos de la reciente gira que emprendió Caminos del Vino por el norte argentino. La idea del viaje fue hacer una degustación de Malbec para técnicos en Cafayate, y seguir hacia el norte para conocer los nuevos proyectos vitivinícolas que empiezan a asomarse en esta zona de Argentina. El primer stop fue en la Quebrada de Humahuaca; específicamente en el emprendimiento que llevan adelante los Meyer, una familia jujeña apasionada por los vinos y por la zona.

Por Jorge Cabrera

El proyecto

Se trata de un proyecto vitivinícola que se encuentra en la Quebrada de Humahuaca, entre los pueblos de Purmamarca y Maimará.

“Es un emprendimiento esencialmente familiar en el que participamos con mi esposa y mis cuatro hijos; estamos todos involucrados”, nos cuenta Ariel Meyer.

Andrea y Ariel Meyer, los jóvenes emprendedores vitivinícolas de Jujuy.
Los viñedos

La familia posee dos viñedos; en total, nueve hectáreas. “En la Finca Yanay –negrita linda, en el lenguaje popular- tenemos 20.000 plantas de malbec, 15.000 de cabernet franc, otra buena cantidad de cabernet sauvignon y petit verdot de la zona. En La Diabla (otro sector de la finca) hay syrah, mourvedre y garnacha. Y por último tenemos marsanne y malbec y este año vamos a plantar merlot y viognier”, relata.

Las características del lugar

El viñedo se encuentra a 2.300 metros sobre el nivel del mar. “Se califica como de extrema altura y de acuerdo a lo que nos han informado los especialistas, el conjunto entre la altura, el lugar y la cercanía con el Trópico de Capricornio hace que la radiación solar genere efectos diferentes en la uva y eso le transfiere características especiales al vino que se pretende hacer”, cuenta Ariel.

En la zona hay muy poca lluvia (llueve 3 o 4 veces al año). Por eso, el viñedo de la familia tiene riego de pozo. “Tenemos una influencia de los vientos del norte por la mañana y, por la tarde, de los del sur. Entonces, tenemos poca afectación de las plagas que se conocen en los viñedos; son plantas sanas y vigorosas”, afirma.

El viñedo se plantó, respetando la flora autóctona y generando senderos para recorrerlo.
La bodega

Para marzo de 2022, la familia Meyer tiene proyectado hacer una pequeña vendimia para que el enólogo haga algunos ensayos y para un año después, esperan terminar la bodega industrial en el lugar.

El primer vino

Existe ya un primer vino de la casa y actualmente está en la etapa de crianza. Para cuando el proyecto esté trabajando a full (dentro de seis años), se espera la elaboración aproximada de 92.000 litros.

El enoturismo

En el lugar, los Meyer también tienen proyectado recibir al turista. Por eso, pondrán en valor algunas casitas antiguas existentes para que puedan brindar alojamiento a los visitantes.

El proyecto de turismo, está pensado para alojar a los visitantes. Es así que con mucha paciencia están poniendo en valor la arquitectura ancestral del lugar respetando la cultura patrimonial de la zona.

El patrimonio provincial

El viñedo de la familia está en un sector en el que convive con una gran cantidad de cardones. “Todos, pero absolutamente todos –destaca Ariel- se han respetado, sin destruirlos. No sólo es por ideología, sino que también existe una ley provincial de preservación que declara delito la destrucción de un cactus. Es un lugar protegido. Y esto forma parte del recorrido y la transmisión que queremos brindar al turista”.

La vitivinicultura local

“En los últimos años, el gobierno de la provincia le ha dado un gran impulso a la vitivinicultura; con lo cual ha permitido que los nativos inviertan; tomado el ejemplo de gente que está hace años y el desarrollo de grandes empresas. Lo importante de estos nuevos emprendimientos es que todos queremos hacer vinos de alta calidad y para eso estamos trayendo a profesionales altamente capacitados, la gran mayoría, de Mendoza. Agrónomos y enólogos de primer nivel. De los diez emprendimientos que hay en la Quebrada de Humahuaca, 4 o 5 están relacionados con los mejores enólogos de Argentina”, finaliza.

De izquierda a derecha: Ariel Meyer, Jorge Cabrera, Omar Denaro y Julio Chretien. Detrás se ven los cardones de 15 metros de altura y de 300 años aproximadamente. Un paisaje único que se suma la magia del viñedo.
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