En una búsqueda incansable por encontrar la mejor interpretación del terruño, encontramos a Ariel Angelini, un terapeuta del suelo, intentando hacer una lectura milimétrica de cada conjunto de piedras para pedirles que se asocien con las parras y que juntas den lo mejor. Y a veces me da la impresión de que le funciona.
Por Gabriel Bosso
Ariel, está afuera del escenario de luces y maquillaje, no sé si toca la guitarra, no le pregunté, será que no me importa realmente. Cuando hablo con él me dan ganas de saber de él, de sus miedos y sus alegrías.
Me enteré que va a ser papá y me importó mucho más hablar de eso. Por qué? creo que para mí y creo que solo para mí, el vino se evalúa no solo por lo que es el vino, sino por el contexto que rodea al proyecto, por su historia y por su forma de ser y estar en la vida, y la paternidad no es asunto menor.
Lo escucho hablar sobre los vinos que hace y lo reservado que es con su vida personal y mientras probamos los vinos voy entendiendo perfectamente como son concebidos en su cabeza, a este tipo la montaña le habla enserio…
Hace millones de años una explosión volcánica de gran magnitud arrojo flujos de roca de hierro puro, que en este caso provienen del interior del mismo del volcán Tupungato (a 40 km del lugar). Este bodoque gigante cayó en un lugar donde se emplaza Casa Petrini y desde ahí Ariel y el equipo están haciendo hablar a las piedras.
Este es un proyecto de parcelas, con 35 hs plantadas en el 2013, pegado al Río Las Tunas, en el Valle de Uco y las variedades que encontramos son Chardonnay, Malbec, Tannat, Petit Verdot y Cabernet Franc.
Recomendación: Talud, Roca Volcánica e Imán. Comprar una caja beber la mitad de las botellas y guardar las otras tres.